Tengo ganas de ti, Federico Moccia

Tengo ganas de ti, Federico Moccia

En Tengo ganas de ti, la esperada segunda parte de A tres metros sobre el cielo, Federico Moccia nos cautiva con una deliciosa novela que nos habla de deseos, amor y sueños.
Tras pasar dos años en Nueva York, Step regresa a Roma. El recuerdo de Babi lo ha acompañado todo este tiempo y teme el momento de reencontrarse con ella.
Pronto se da cuenta de que las cosas han cambiado y de que, poco a poco, tendrá que reconstruir su vida en Italia: hacer nuevos amigos, conseguir un empleo, empezar una nueva etapa... Cuando conoce a Gin, una chica alegre y preciosa, cree que podrá volver a enamorarse. Pero no es fácil olvidar a Babi y cuando, por casualidad, tropieza con ella siente cómo todo su mundo se tambalea... ¿Es posible revivir la magia del primer amor?


Esta novela es todo un caso. Tiene partes que sí que me gustan, pero después también tiene partes bastante amargas y que para nada, es de mi gusto. Please, tened mucho cuidado, porque va a haber muchos spoilers.

Mucha gente me había dicho, que no me recomendaba esta historia y se los agradecí, de verdad, pero preferí leerla, porque de esa forma, no me quedaba con la duda, de que pasaría entre todos los personajes y lo puedo decir muy grande: ¡NO ME ARREPIENTO DE HABERLO LEÍDO!. Es cierto, que no era lo que me esperaba, pues sí, no lo era, pero me ha gustado el libro en sí.

Me gustó mucho vivir, en Tres metros sobre el cielo, la historia que surgió entre Babi y Step y como no, al principio, me fue difícil, alegrarme de que Step estuviera tan bien, enamorado de Gin, porque me gustaba mucho la pareja que hacia con Babi y cambiarla, pues se me hacía extraño. Cuando fue ocurriendo todo, me fue gustando, más y más, Gin, me parecia una chica atrevida, guerrera, divertida, simpática, etc.. y por supuesto eso a Step le encantaba, pero y ¿lo que le hizo Step a Gin?, me pareció muy fuerte, no pensaba que se acostara con Babi, sabiendo lo bien que se encontraba con Gin, no puedo mentir, me alegré mucho de que se volviera a encontrar con Babi y pues tenía la esperanza de que regresaran juntos y todo volviera a su cauce, pero no, no fue para nada así, desde se instante, todo cambió y a Step, no le dolía que Babi se casara con otro, pero que ella intentara hacerle daño de esa forma, me asqueó bastante, me partió un poco, por la historia tan linda que tuvieron, pero también me alegré de que más o menos se diera cuenta, de que estaba enamorado ahora de Gin.

Babi, me imaginaba que sería mas madura, responsable y bueno, en cierta parte así es, pero también se convirtió en una persona horrible, mala, a más no poder y desde que me fijé como era en esta segunda parte, ya no me gustó, le cogí bastante tirria, era otra, totalmente cambiada. En cambio Step, también cambió, pero para bien, se hizo más responsable, más el.

Por otro lado, no entiendo lo del casamiento de Babi, en cuanto parece que a ella no le importa para nada, acostarse con Step, sabiendo que se va a casar, con alguien, que no es él, pero bueno, sigo sin entender lo del casamiento, para mí, que también sobraba totalmente.

Sufrí mucho con lo que le pasa a la madre de Step, está bien, hubo reconciliación, pero ¿hasta llegar a tanto?, en serio, ¿era necesario que muriera?, no me parece que fuera necesario. En Tres metros sobre el cielo, se muestra a la madre de Step, de otra forma, más claro, hace entender que no le preocupa para nada su hijo, que sólo quiere salvarse el culo, pero en esta segunda parte no, me gusta el cambio que hace Federico Moccia, sobre la madre y la reconciliación, fue lo máximo, pero la cagó totalmente, haciendo que muera, me parece un poco ridículo.

Los momentos que vive con Gin son preciosos, muchos recuerdos, como se sienten juntos, lo bien que lo pasan, como se divierten, me gustan totalmente. Gin me parece una chica super increíble, muy ilusionada, con su "nuevo chico", aunque después me sorprendió bastante con las cosas que había escrito en sus diarios, estaba obsesionada con Step y eso, me desconcertó, porque no era lo que parecía, parecía diferente, especial, que no veía a Step, como todo el mundo lo veía, "el mito, la leyenda".

Algo que me pareció muy, pero muy fuerte, fue lo que pasa con la familia de Babi, los Gervasi, me cogió de improvisto, lo que menos esperaba es que la familia se rompiera por completo, que Claudio le pusiera los cuernos a su mujer, bueno, no me sorprendía, me lo supuse en el anterior libro, pero de ahí a que la familia llegara a romperse y que a él, no le importara para nada sus hijas, me quedé de piedra, porque aunque Raffaela, me parecía mala, no creo que nadie y digo nadie, se merezca algo así, de un día para otro, perder a su familia, más bien a su marido, pero bueno. ¿Y Daniela? Que creen que pasó con esta niña-mujer, pues nada más, ni nada menos, que se queda embarazada, pero lo mejor de todo, es que no sabe quien es el padre, pero noo, la familia se lo toma normal, como si cualquier cosa fuera, eso es lo que me dejó cao. Parecía todo tan de mentira, que pff.

Y lo que hace Pallina, increíble, en el anterior libro, me encantó la pareja que hacía con Pollo, me dió mucha tristeza que el muriera. Me parecía genial que ella quisiera conocer a un nuevo chico, estar con alguien, pero de ahí, a que sea con el mejor amigo de tu novio, me parece demasiado. Ella, también cambió, no me desagradó como persona, pero si la ví, en alguna ocasión, un poco arrogante.

Decir que este libro, no me arrepiento de haberlo leído, pero sí me ha decepcionado un poco, me esperaba algo diferente, me gustó mucho la relación entre Gin y Step, pero hubiera preferido otra cosa diferente. Por lo que he leído, el final se queda un poco sin aclarar, como si Federico decidiera hacer una tercera parte, a ver que pasa..

Federico Moccia (Roma, Italia, 11 de noviembre de 1963) es un escritor italiano, autor de varias novelas de éxito que, a su vez, se han adaptado al cine. Trabajó previamente como director y guionista de programas de televisión hasta conseguir éxito en el mundo literario.

Este romano, hijo de Giuseppe Moccia, vivió una infancia ligada al mundo del cine gracias a su padre, que fue guionista en varias comedias italianas de los años 70 y 80. Se inició en el mundo laboral de su padre a los 19 años como ayudante del director de Attila flagello di Dio (1982).[1] Cinco años más tarde dirigió su primera película, Palla al centro, pero la falta de éxito que tuvo provocó que Moccia escribiera guiones y dirigiera diversas series.

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