Un féretro en el tocador de señoras, Regina Roman

Un féretro en el tocador de señoras, Regina Roman

"La cosa se complica… bastante."

¿Qué hacer cuando te peleas con tu rica familia y te vas de casa?
Sencillo, irte a vivir con tu novio.

¿Qué hacer cuando la vida junto a tu novio pijo se hace insoportable?
Sencillo, pillarte tu propio apartamento.

¿Qué hacer cuando un fantasma revoltoso se instala en tu piso y te encarga una misión suicida?


Esta novela ha estado muy divertida, me lo he pasado genial leyendolo, hasta su final y tan sólo me duró tres días o así y eso, porque no he tenido muy buenos días, sino, me la hubiera terminado mucho antes, puesto que me he reído muchísimo.

Me encantó la personalidad de Olivia, una chica bastante simpática y que me cayó muy bien. Tenía ilusiones como cualquier otra persona, pero a causa de su ilusión (ser directora de cine), tuvo un conflicto muy fuerte con su padre, al querer que ella se dedicará a notaria y no a lo que quería dedicarse.

Ella está con su novio Gonzalo, un chico del mismo nivel social, pero bastante más soso que ella, lo que me pareció, es que el era totalmente contrario a ella, eran polos opuestos por así decirlo y es ahí, donde no entendí que una pareja durara cinco años, si eran tan opuestos, pero bueno, así fue, duraron todo este tiempo. Él no me resultó para nada interesante, viendo el tipo de chica que era Olivia, me pensé que su novio sería de otra facha y no de la que me encontré.

Me gustó mucho leer esta historia, porque me divertí, me reí mucho, me sentí a veces un poco triste por la protagonista de esta historia.

El padre de Olivia, me pareció totalmente injusto, me pareció increíble, que quisiera obligar a su hija, a estudiar una cosa que ella no quería estudiar. He visto muchas veces estas cosas en películas y no lo soporto, que los padres obliguen a sus hijos a estudiar algo que ellos no quieren estudiar, me parece totalmente ilógico. Las personas estudian lo que quieren, según lo que más le apasiona y no según lo que quieran sus padres, esto la verdad, es que me mató y luego la madre, tampoco es se hablara mucho de ella, puesto que como decía Olivia, es un cero a la izquierda, siempre detrás de su padre e intentando apaciguar todo. No entiendo a una madre así.

Me encantó cada parte de esta historia, cada capítulo era algo misterioso, me resultaba bastante chocante el no saber que iba a pasar. Ya luego, cuando Olivia, se encuantra en su piso con el ropero abierto y con la ropa desperdigada, yo me acojoné totalmente, parecía como si me estuviera pasando a mí, era impresionante. Descubrir lo que pasaba en el piso de Olivia, me resulto bastante cómico, aunque en un principio, no pensara así.

Gilda, vaya personita, tan animada, divertida, simpática y a veces bastante cabezota, me divertía muchísimo con ella y cuando se ponía a hablar Olivia, estas dos, eran todo un caso juntas. Para nada me arrepiento de haber leído este libro, me lo pasé genial y disfrute mucho, mucho, mucho, conocer a cada personaje ha sido toda una alegría para mí, aunque a algunos, desería no haber conocido, para que nos vamos a engañar.

Amparito y Alvaro, amigos de la pareja (Gonzalo & Olivia), bueno, no tanto de la pareja, más bien de Gonzalo, puesto, que era Gonzalo quien quedaba para jugar paddle con ellos. No soporto, ni soportaré nunca a Amparito, es una persona superficial y bastante antipática e insoportable, no me gustó en ningún momento, a veces me pasaba lo mismo que a la protagonista y me daban ganas de darle un buen puñetazo en la cara, para que aprenda a no ser tan gilipollas (si eres demasiado pequeña/o, no la leas).. jeje

Me pareció demasiado lo que Gilda, le pidió a Olivia y que al final, Olivia no pudo rechazar. Aunque vino muy bien que no lo hiciera, después de todo conoció a Luis, un hombre que a mi parecer era muy misterioso, en cierto sentido, y a la ves muy agradable. Me hacía mucha gracia como llamaba a Olivia, un mote bastante cariñoso, para mi gusto. Eso sí, también le cogí mucho coraje a la familia Balboa, uff, que familia, horrorosa, por dentro y por fuera, demasiado para mí.

Sin duda, recomiendo este libro, desde el día en que empecé a leerlo y que seguramente volveré a leerlo, eso está por supuesto, más que claro.

Regina Roman tiene una interesante mezcla de sangres que la hace “concienzuda para el trabajo duro y la primera para las verbenas”. Empezó a escribir a los siete años, relatos de ciencia ficción y una trilogía de fantasía y aventuras que
anda por casa de su madre extraviada, pero que será novela si algún día llega a aparecer. Contadora incansable de historias, no entiende la vida sin humor y cree firmemente que arrancarle una sonrisa al prójimo es el mejor regalo que pueden hacerle.

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